Un adiós, un hasta luego, y reencuentros en salas de velación
Cuando nos damos de cara con la novedad de que uno de nuestros seres queridos, por designios de la vida, ya no va a estar en cuerpo presente con nosotros, es inevitable sentir un vacío enorme en nuestro ser. De inmediato la tristeza se apodera de nosotros y sentimos que necesitamos el apoyo de alguien para poder sobrellevar este peso. Sin embargo, cuando nuestros familiares y allegados acuden a las salas de velación a apoyarnos, nos damos cuenta que no estamos solos, y es cuando nos hacemos la pregunta de si esto es un adiós, o un simple hasta luego.
Cuando pensamos en un “Adiós”, nos imaginamos que nunca más volveremos a ver al ser por el cual estamos en duelo en este momento. En ese instante la única salida parece ser la resignación, hacernos a la idea de que la vida es un ciclo y que cada uno de nosotros viene a este mundo solamente a cumplir con su parte, u una vez terminado, ha llegado el momento de partir.
Sin embargo, si pensamos en las palabras que nuestro Señor Jesús nos ha dejado como enseñanza, podemos tener plena certeza de que tenemos una esperanza, la esperanza de volver a reencontrarnos con nuestros seres amados cuando se dé la segunda venida de Cristo.
Esto lo podemos evidenciar en el milagro que hizo Jesús con Lázaro, cuando lo revivió de entre los muertos.
Cuando Jesús llegó ya habían pasado cuatro días desde el suceso de Lázaro, y Marta, la hermana del difunto, cuando escuchó que el Jesús venía, salió a su encuentro y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Sin embargo, Jesús expresa las siguientes palabras: “Yo soy la verdad y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás”.
Gran promesa nos ha dejado nuestro señor al decirnos que aunque nuestra existencia desaparezca de la faz de la tierra, si creemos en él, en sus promesas, en su palabra, aunque descendamos al sepulcro, cuando él venga por segunda vez nos resucitará para vida eterna.
El mensaje anterior lo podemos encontrar en el libro de Juan 11: 20-26.
Estas y muchas otras promesas son las que tenemos para ayudarnos a sobrellevar y aliviar nuestro dolor, además, cuando nos llega el momento de reunirnos en las salas de velación y vemos el apoyo de amigos y allegados, es clara señal de que no estamos solos, que hay muchas personas que también sienten nuestra pena y están dispuestos a acompañarnos en nuestro dolor.
En Funeraria Gómez también te ayudamos a sobrellevar este peso, para nosotros es importante saber que sepas que puedes confiar en nosotros.
Funeraria Gómez, comprometidos con su bienestar y con el de los suyos.